Objetivo y breve descripción del proyecto

 

El objetivo de GEoREST es desarrollar una metodología innovadora para predecir y mitigar la sismicidad inducida. La inyección de fluidos relacionados con los recursos energéticos del subsuelo se ha generalizado, provocando numerosos casos de sismicidad inducida. Si se percibe, la sismicidad inducida tiene un efecto negativo en la percepción pública y puede poner en peligro la estabilidad de los pozos e infraestructuras, lo que ha llevado a la cancelación de varios proyectos. Por lo tanto, poder adquirir la capacidad de predecir terremotos inducidos por la inyección de fluidos es un gran reto que debemos resolver para poder implementar geoenergías que reduzcan significativamente las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y, por lo tanto, mitiguen el cambio climático y reduzcan los problemas de salud asociados a las emisiones (https://www.youtube.com/watch?v=l-2wR9zx7Rg&feature=youtu.be).

Para poder lograr este desarrollo, proponemos un enfoque interdisciplinario que integra los procesos termo-hidro-mecánicos-sísmicos acoplados que se producen en el subsuelo como consecuencia de la inyección de fluidos. La metodología, basada en nuevas soluciones analíticas y numéricas, se centrará en (1) comprender los procesos que conducen a la sismicidad inducida mediante la comprobación de conjeturas, (2) mejorar y ampliar la caracterización del subsuelo mediante el desarrollo de una técnica de caracterización continua a lo largo de todas las operaciones de inyección de fluidos en proyectos industriales, con el fin de reducir la incertidumbre de la predicción, y (3) utilizar el conocimiento alcanzado en los dos puntos anteriores para desarrollar una metodología para predecir y mitigar la sismicidad inducida. Los desarrollos del proyecto se probarán y verificarán en proyectos reales con características diversas que hayan inducido sismicidad. El desarrollo exitoso de este proyecto proporcionará a los operadores de proyectos de geoenergías conceptos y herramientas para llevar a cabo la gestión de la presión con el fin de reducir el riesgo de inducir sismicidad a niveles aceptables y, por lo tanto, revertir la percepción pública sobre las actividades de inyección de fluidos.